Forty Mile: así se construyó (y opera) un parque eólico bajo temperaturas extremas

Construir un parque eólico en Alberta (Canadá) supone un desafío técnico y logístico único, pero también una gran oportunidad. En un entorno marcado por temperaturas extremas y un terreno exigente, ACCIONA Energía ha demostrado su capacidad de adaptación e innovación para hacer realidad su mayor parque eólico en Norteamérica. ¿Te gustaría descubrir cómo lo consiguieron?

Los exploradores iban ataviados con pieles de reno y recurrieron a 52 perros de raza groenlandesa para tirar de los trineos. Además, usaban gafas de sol tratadas con un tinte que filtraba la radiación solar de las vastas mesetas nevadas. También portaban gruesas manoplas y mitones para afrontar las temperaturas de hasta -60o C que se registraban en las latitudes antárticas. La audaz expedición, preparada meticulosamente durante meses, culminó el 14 de diciembre de 1911, cuando el equipo izó la bandera noruega en el corazón del Polo Sur. Y así quedó inmortalizada la gesta de Roald Amundsen y su equipo.

Más de un siglo después, esta vez cerca del Polo Norte del planeta, un proyecto muy distinto replica el espíritu de esa expedición en muchos sentidos: desde temperaturas extremas de -32º C hasta la detallada preparación de los equipos humanos y materiales para afrontar la construcción y el mantenimiento de las instalaciones en las planicies del sur de Alberta en Canadá. Hablamos del proyecto Forty Mile, el mayor parque eólico de ACCIONA Energía en Norteamérica hasta la fecha y uno de los diez más grandes de Canadá, un reto logístico que ya ha empezado a dar sus frutos en forma de energía renovable para 85.000 hogares. Te contamos cómo se construyó y sus exigencias de mantenimiento en un entorno marcado por las temperaturas extremas.

El viento ululante atraviesa el condado de Forty Mile sin ningún obstáculo que le haga frente. En las llanuras de la zona apenas hay promontorios o accidentes geográficos que ofrezcan algún tipo de protección, salvo alguna arboleda aislada que da cobijo a manadas de berrendos, los veloces antílopes americanos.

 

Aquí, cuando el termómetro se desploma a -20º C o -30º C, con una sensación térmica de -40º C, el terreno se endurece como un caparazón inexpugnable. Y ese fue el primer reto del equipo de ACCIONA Energía a la hora de preparar el terreno para el parque eólico. Las condiciones obligaban a esperar el verano para iniciar los trabajos de excavación necesarios en la cimentación de las torres.

Más adelante, al llegar el otoño, se acometió la instalación de las torres, las góndolas y las palas de los 49 aerogeneradores Nordex que componen el parque. Cuando se encuentren plenamente operativos, alcanzarán los 280 MW de potencia generada.

 

Cada una de las turbinas tiene una capacidad de 5,7 MW, lo que las convierte en algunas de las mayores de su tipo. Así, durante la fase de construcción, el montaje de las torres requiere un trabajo intensivo para asegurarse de que cada tornillo esté bien apretado. Más adelante, en la fase de mantenimiento, hay que volver a fijarlos meticulosamente, uno por uno. Este tipo de mantenimiento requiere hasta 12 horas de trabajo en varios turnos por parte de los operarios que deben llevar distintas prendas de abrigo, más o menos calientes, en función de las temperaturas anticipadas.       

Casi todas las decisiones que Amundsen tomó para garantizar el éxito de su expedición giraron en torno a la protección de los cinco integrantes de la aventura, una máxima que también aplicamos a nuestro personal. Además de usar abrigos cortavientos, trajes de piel de foca y mantas de lana prensada, los expedicionarios noruegos diseñaron un calzado específico de suela rígida para incorporar los crampones y un empeine flexible que facilitase la movilidad. En Forty Mile, cuando llega el mal tiempo, cada salida también se planifica al detalle, tanto a efectos del tipo de prendas como del protocolo de comprobación de cada elemento.

 

El atuendo incluye diversas capas más o menos ligeras para que los empleados puedan quitarse prendas en función del momento y el lugar, ya sea al salir del coche, subir a la góndola en las alturas o trabajar dentro de ella.

Ya en campo abierto, los operarios del parque deberán dejar los vehículos en marcha si las operaciones llevan poco tiempo para evitar que los motores se hielen. El temido black ice, una resbaladiza superficie de hielo transparente que puede ocasionar la pérdida de control de las camionetas, no es apreciable a simple vista por lo que no se puede señalizar de antemano. Para hacer frente a esta y otras incidencias, nuestros operarios cuentan con una app que les permite informar de situaciones de riesgo en el parque, de tal forma que todo el personal se mantenga la corriente.

Todo el personal recibe cursos de primeros auxilios y dispone de equipos de emergencia en el edificio de operación y mantenimiento. Esta es una práctica habitual en este campo, en el que también se incide en la revisión periódica de los equipos para asegurar que estén accesibles y operativos. También está previsto incorporar equipos de emergencia en cada vehículo para maximizar la protección en un futuro próximo.

 

Nuestro plan de emergencia y el número de empleados del parque dictan que el equipo de Operación y Mantenimiento (O&M, por sus siglas en inglés) se responsabilice de atender cualquier percance. El código de seguridad y salud ocupacional de Alberta clasifica Forty Mile como lugar de trabajo aislado, es decir, a más de cuarenta minutos de un hospital, lo que exige medidas adicionales en el parque, tales como personal médico in situ y, de ser necesario, la disponibilidad de un helicóptero de emergencia de apoyo.

Una ubicación remota

El parque se encuentra emplazado en el condado de Forty Mile No. 8, una zona donde apenas hay tres mil seiscientos habitantes censados.

Construir a -32º C

El proceso de construcción requirió materiales certificados para resistir las bajas temperaturas y sentar las cimentaciones durante el verano.

Un equipo de más de 200 personas

Un nutrido equipo de operarios y técnicos trabajó a contrarreloj en dos turnos y condiciones climatológicas extremas, con temperaturas de hasta -29˚C, para avanzar en la construcción del parque y completarla de manera segura.

Protección (y comunicación)

Los operarios portan gruesas prendas de abrigo y sistemas de comunicación para conocer o notificar cualquier incidencia.

Aerogeneradores a prueba de heladas

Las máquinas del parque cuentan con un Low Temperature Pack, un paquete de funcionalidades que evitan problemas en los equipos en los momentos más duros del invierno.

Uno de los mayores parques de Canadá

Las 49 turbinas del parque generarán 280 MW de energía renovable para la comarca de Alberta.

A una altura elevada en la que el viento frío impulsa los aerogeneradores, pero también afecta a las góndolas, los componentes electrónicos y los líquidos hidráulicos, se hace necesario el uso de medidas adicionales. Es lo que se conoce como Low Temperature Pack, un paquete de funcionalidades diseñado para operar en este tipo de contextos. Entre ellas destaca el uso de sistemas de calefacción para mantener la temperatura en el interior de la góndola, aislantes específicos, revestimientos antihielo, sistemas de alerta de tormentas o incluso sistemas para el calentamiento de las palas.

El mantenimiento de un parque eólico entraña operaciones desafiantes, tales como ascender hasta la góndola de una turbina a más de cien metros de altura. Si a ello le sumamos el frío, la posibilidad de súbitas tormentas y la necesidad de trabajar con ropa y aguantes de abrigo que dificultan la movilidad, se comprende la necesidad de mantener una comunicación constante para anticipar problemas o bien ofrecer asistencia en caso de algún percance. Por eso, todos los miembros del equipo que trabajan en campo abierto van equipados con teléfonos móviles y sistemas de radio de respaldo.

Si se avecina una tormenta, todos los teléfonos reciben una alerta instantánea. Además, los operarios deben mantener el contacto entre sí. Por ejemplo, solo puede ascender un operario de mantenimiento a la góndola al mismo tiempo. Una vez arriba, avisará al segundo técnico de que la vía ha quedado libre para que este acometa la subida.      

 

 

 

El mantenimiento de un parque eólico entraña operaciones desafiantes como ascender hasta la góndola de una turbina a más de 100 m de altura."

El funcionamiento óptimo del parque está estrechamente vinculado a la comunidad de la zona, constituida mayoritariamente por granjeros. Así, cuando se inició la construcción del complejo, se tuvo en cuenta el curso de los cauces de agua para no alterar la irrigación de los campos y prevenir inundaciones. El objetivo es reducir al mínimo la interferencia en sus actividades diarias. Además, los granjeros reciben una compensación económica regular por el uso de las tierras.

 

Paralelamente, en ACCIONA contribuimos a diversas iniciativas locales con nuestro programa de impacto social. Desde el comienzo del proyecto en 2024 hemos aportado recursos económicos a entidades como la asociación de ayuda a mujeres Medicine Hat Women’s Shelter Society, el banco de alimentos The Root Cellar Food & Wellness Hub y el centro comunitario Forty Mile Regional FCSS por un importe superior al medio millón de dólares.

El parque de Forty Mile se suma a otros complejos de ACCIONA Energía caracterizados por las bajas temperaturas y las ubicaciones remotas como, por ejemplo, los parques eólicos de Lameque en New Brunswick (Canadá) y Tatanka, situado entre Dakota del Norte y del Sur, en EE. UU. Se trata de proyectos de ingeniería que ponen a prueba nuestras capacidades para responder a los retos meteorológicos y geográficos. 

 

Tal como sucedió con Amundsen cuando clavó aquella bandera noruega, se podría decir que los aerogeneradores de Forty Mile hoy se elevan sobre la planicie del condado como banderas de la energía renovable. Son, de igual modo, un testimonio de la tenacidad, el trabajo en equipo y el ingenio humanos hasta en los escenarios más adversos.